domingo, 25 de julio de 2010

Extrañas marcas...


Amigos míos he vuelto para compartirles una experiencia un tanto curiosa.
Resulta que hace meses un amigo con el que comparto gustos por ciertas peliculas, me recomendo ver la película mas reciente de Drácula (Bram Stoker's Dracula 1992) a lo cual me rehusé un poco pues tenía la sensación de que no me iba a gradar, ya que no había leído el libro previamente. Pero depués de mucho barullo, de insistir y también debo de admitir de mi curiosidad la compré en DVD y días después adquirí el libro. Poco más de 500 páginas contiene y pensé que si leía 50 por día lo acabaría facilmente. Así que estuve constantemente leyendo el libro y podría decirse que lo termine de leer en no menos de 1 mes, y eso ya era un logro para mi. Así que me sentí satisfecho por esta "hazaña" y me emocioné por ver la película lo antes posible.

Bueno, pues ahí estaba su humilde narrador amigos míos, en mi cuarto viendo Drácula a eso de las 11:00pm, con mi botana y toda la cosa. Y debo decir que a medida que transcurría la película mas me llamaba la atención; me parecieron magnificos los efectos especiales (hay que decir que era 1992), el vestuario y la actuación de Gary Oldman, el ambiente, entre otras cosas. Durante el tiempo que estuve viendo la película me senti un poquito decepcionado que no incluyeran mas al Dr Seward y a Quincey Morris, pero la historia se acomodo tan bien entre el romance del Conde y Mina que no hizo falta que estos 2 personajes tuvieran mas desarrollo de los que ya tenía establecidos en el libro. En fin, en resumidas cuentas y para no hacerselas larga me agradó mucho la película. Bastante diría yo.


Y fue en estos momentos, cuando dormía soñaba cualquier cantidad relacionada a la película o el libro; me veía en el desfiladero de Borgo, cazando lobos, viendo como las sombras cobraban vida por si mismas y un montón de cosas. No le dí importancia ese día, pero los dias subsecuentes me seguía pasando lo mismo, soñaba que estaba rodeado de ajo, de ratas, cosas relacionadas al tema. Así me siguió pasando hasta que un día desperté con unas marcas en mi cuello, nunca pensé de que podía haber sido; pero amigos míos las marcas eran pequeñas, se alcanzaban a apreciar que todavía estaban rojas y con una distancia entre ellas corta. Fue entonces que me asuste (es la verdad no miento) y empecé a pensar que había causado esas marcas. Finalmente después de un rato, caí a la conclusión de que se trataban de las heridas ocasionadas por un mosquito, claro había cosas que lo probaban como la puerta abierta que había dejado ese día de mi cuarto, y muchas otras cosas.


Así que únicos amigos míos esa fue mi experiencia, un tanto peculiar, debo decir que todavía estas extrañas marcas no se me quitan
, y de eso ya fue hace como 1 semana.... mucha coincidencia ¿no creen?